viernes, 12 de diciembre de 2014

Carta al Mtro. Jesús Alfonso Ibarra Ramos

México D.F a 12 de diciembre de 2014


Mtro. Jesús Alfonso Ibarra Ramos:
Secretario Particular del Oficial Mayor de Sagarpa
Tel. 38711108. Conm: 38711000 ext. 33804
Jesus.ibarra@sagarpa.gob.mx
Quisieron enterrarnos y no sabían que éramos la semilla
Quisieron quemarnos y no sabían que éramos la mecha 

Estimado Jesús:
En primer lugar mi agradecimiento a ti y a quien hubiese intervenido para que recuperara mi empleo, aunque aún no mi materia de trabajo, como te explicaré a continuación.
El día de ayer finalmente se me permitió la entrada a una de las sedes de mi centro de trabajo. Al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, SIAP (sito Av. Benjamín Franklin 146), aunque el sistema de verificación de entrada no funcionó y por lo tanto no puedo asegurarte que mi entrada haya sido registrada y que no se siga intentando  acusarme fraudulentamente de abandono de empleo.
Posteriormente hablé con la Lic. Sujey Díaz Amézquita, Directora de Eficiencia Administravia del SIAP, quién me comunicó una serie de situaciones que me parecieron peligrosamente irregulares y amenazantes:
En primer lugar me propuso que tomara vacaciones a partir del día de hoy y hasta el regreso de las vacaciones oficiales el año entrante, ya sabrás que se atribuyó las funciones del Oficial Mayor, que es el único que puede autorizar descansos en la Secretaría. Comprenderás mi desconfianza ante esta propuesta viniendo de la persona que hacía dos días amenazó con despedirme precisamente por faltas injustificadas.
Le informé que la obra realizada en la mapoteca debía detenerse inmediatamente, pues además de que no se estaban resguardando correctamente los documentos e instrumentos se estaba incurriendo en falta al violar la Ley de Obras. Me replicó que lo que se estaba realizando en la mapoteca no era una obra, sino una remodelación, demostrando ignorancia de la Ley, la cual indica claramente en que “toda intervención en un edificio histórico es obra”.
Igualmente me dijo que no quería que fuera a la Mapoteca Orozco y Berra (sito Av.Observatorio 192), a lo cual repliqué que lo haría, ya que era esa mi área de adscripción y así lo hice, y que yo consideraba que ella no era un interlocutor válido para hablar de estas cuestiones (la obra y las vacaciones, entre otras), por lo que yo intentaría hablar contigo de estos problemas.
Más tarde el Lic. Ramón Josafat Sifri Cortés, Director de Diseminación del SIAP, me solicitó que le enviara los avalúos que había realizado hace unos meses para el aseguramiento de los bienes del acervo, a lo cual respondí que lo haría en cuanto recuperara la información guardada en mi computadora.
Llegué a la mapoteca y me sorprendí gratamente al notar que la situación ha mejorado, aunque las condiciones siguen sin ser óptimas. Di indicaciones a mi subalterno Daniel Montiel Sánchez para que se remediara el asunto a la brevedad (encapsular las varillas, poner plásticos en las ventanas que permanecen sin cristales toda la noche, pedir a la Dirección los materiales necesarios, etc.) y entonces el Sr. Juan Carlos Álvarez Andrade (agente técnico que está a cargo de no sé qué aspectos de la obra y del resguardo del acervo, a quien yo había estado reportando por instrucciones de la Directora en Jefe del SIAP desde febrero pasado y hasta el viernes 4 de diciembre, día en el que la Lic. Díaz me espetó que sólo debía reportarle a ella, me indicó que por instrucciones de la Lic. Díaz yo debía salir del recinto de la mapoteca, para lo cual llamó a la guardia del edificio (sobre la que tiene no sé qué autoridad), aunque yo no quise salirme hasta haber recorrido y revisado la situación de toda la mapoteca y de la sección de la bodega del IPGH en la que están almacenados materiales fuera del recinto, los cuales salieron del mismo sin un acta de por medio por primera vez en la historia que yo tenga memoria. Igualmente saludé al encargado de la obra por parte del SIAP, ya que es él quien firma las bitácoras en las que claramente se puede apreciar el descuido con el que se han resguardado documentos e instrumentos desde el inicio de los trabajos, Jorge Aarón González González. Desconozco su situación laboral dentro del SIAP. Cabe mencionar que tanto el C. Juan Carlos Álvarez como el C. Jorge Aarón González no tienen casi ninguna experiencia en el área de archivos y bibliotecas.
Finalmente, ante las amenazas y acoso de estas personas y de la guardia, salí. Tenía la necesidad de hablar contigo a la brevedad, ya había anunciado que quería verte hacía unos minutos a tus secretarias. El tiempo corre y el patrimonio histórico de la nación resguardado por SAGARPA sigue en riesgo.
Cuando iba hacia tus oficinas, me detuve en el ante la insistencia de mi subaltera Guadalupe Lara Trejo (agente técnico desde el año 2001), en las oficinas del SIAP, donde me informaron que se estaba interviniendo mi computadora, se hacía un respaldo, como se haría con todas las máquinas del personal, me informó la Lic. Díaz, quien me preguntó si no tenía guardada en ella documentos personales. En ese momento estaba en su oficina con mis compañeras de trabajo, Guadalupe y la Gegr. Dulce Olivia González (agente técnico encargado de la georreferenciación de mapas históricos del acervo). La Lic. Díaz no me permitió quedarme a participar en la conversación que sostuvieron y posteriormente volvió a recibirme.
En esta ocasión me amenazó con relevarme de mi cargo de Jefe de Departamento de la Mapoteca y me ofreció un cargo en el área administrativa, a lo cual repliqué que llevo 15 años en el Servicio Público desarrollándome como mapotecario, gracias al Servicio Profesional de Carrera que me ha permitido tener un nombramiento, igual al que tú orgullosamente ostentas en tu oficina, y a la experiencia adquirida a lo largo de los años, que no se podía hacer una entrega-recepción en forma (acta de entrega-recepción del año 2000) dada la situación del recinto y del acervo y que me diera el permiso de ir a verte, el cual me negó, tras esto, lo admito, desacatando sus instrucciones, como debieron haber hecho quienes desollaron, quemaron vivos y tiraron las cenizas a un río de los 43 de Ayotzinapa, fui a tus oficinas sin él.
Cuando llegué a oficinas centrales, aproximadamente a las 13 hrs., solicité en la recepción me anunciaran contigo, ante lo cual en primera instancia me informaron que no te encontrabas en el edificio. Desesperado frente los riesgos que se están corriendo, me atreví a pedir audiencia con el C. Secretario o con quien él designara. La Srita. Tamara, su secretaria, vino a verme, me pidió mi credencial oficial, vio tu tarjeta, la llevó a algún lado y posteriormente apuntó parte de la problemática que te he ido planteando. Me pidió mis teléfonos y me dijo que la oficina del C. Secretario se comunicaría conmigo.
Posteriormente pensé que no era forzoso que si no estabas tú, no estuviese en sus oficinas el C. Oficial Mayor, con quien también pedí entrevistarme (o con quien él designara), el C. Oficial Mayor te designó a ti para atenderme (supongo que ya habrías regresado al edificio) y tras explicar la situación a la Srita. Cecilia, ella me indicó que esperara  unos minutos para ser atendido. Esperé más de 7 horas, como podrán constatar las recepcionistas (heredé la paciencia de mis abuelos: el paterno permaneció secuestrado en un pozo con ratas y cucarachas cerca de la Villa de Guadalupe por motivos políticos durante tres semanas y el materno, por negarse a participar en la guerra, estuvo recluido en un campo de concentración en un playón del sur de Francia durante varios meses. A las 20:30 hrs. aproximadamente, la Srita. Cecilia me informó simplemente que acababas de abandonar el edificio.
Después de nuestra conversación del miércoles pasado, y habiendo observado tu profesionalismo, sinceridad y rectitud y la elegancia de tu porte y vestimenta, nunca pensé que fueras tan mal educado: me denigraste, no sólo frente a las recepcionistas y el personal de vigilancia, sino también frente a los empleados de SAGARPA y los visitantes de oficinas centrales.
Quería también informarte que no estaba “blofeando” cuando te advertí el miércoles sobre la carta que se publicaría el día jueves en el Correo Ilustrado de La Jornada explicando mi situación y la de la mapoteca (más abajo), la cual se publicará próximamente. No sería justo que pensaras que soy un “doble cara”.
Anexo copia de este correo a todas las personas que menciono para su conocimiento y para que no se diga que hablo a espaldas de nadie. Además anexo copia al Órgano Interno de Control por parecerme que existen en este escrito asuntos de su incumbencia.
Sin más por el momento hago grata la ocasión para enviarte saludos cordiales.
Atte:
Carlos Vidali Rebolledo
Jefe del Departamento de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra


La Mapoteca Manuel Orozco y Berra MMOyB es el mayor acervo cartográfico histórico de América Latina. Resguarda el primer mapa mexicano de México (1857) entre otros 150 mil de los siglos XVII al XXI e instrumentos científicos y archivos técnicos. (Av. Observatorio 192, DF)
Desde el 2000 he sido Jefe del Departamento de la MMOyB del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera SIAP de la SAGARPA, en este tiempo los usuarios han constatado avances logrados en cuanto a conservación, catalogación, digitalización, etc. Mi trabajo ha sido satisfactorio y perfectible. 
En noviembre comenzó a realizarse una obra en el recinto. Sin embargo, fui obligado a reportarme a las oficinas del SIAP con la orden de desarrollar un plan de trabajo y no pude supervisar el resguardo de los artículos al inicio de este trance.
Me percaté posteriormente que dicho resguardo se estaba haciendo atropeyada e incorrectamente, y reporté a mis superiores: la Directora del Área, Sujey Díaz y la Directora en Jefe, Patricia Ornelas.
En respuesta a mi interés por solucionar el problema, solicitaron mi renuncia argumentando falsamente que no había registro de mi asistencia desde hacía un mes.
He hecho esta situación del conocimiento del Secretario Martínez y Martínez y del Oficial Mayor Marcos Bucio. 
Requiero hacer del conocimiento público esta injusticia para con mi trabajo y sobretodo el peligro que corre el acervo, pues cada minuto sin actuar está en peligro de perderse uno de nuestros más ricos patrimonios. 


1 comentario:

Jose Miguel Elorriaga dijo...

Sr. Vidali, le deseo la mejor de las suertes en su hazaña.
No hay derecho a que nos sigan pisoteando y acabando con nuestro patrimonio.